Pleguetear, flores se explicari

Esteban de Terreros y Pando, 1786-1793: Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa, latina e italiana. Madrid: Viuda de Ibarra (vols. I-III) y Benito Cano (vol. IV).

Los jardines de las casas amarillas rebosan rosas, rosas blancas, rojas y naranjas, rosas rosas, la poesía colorista y fácil de las rosas. Rosas volucres que solo saben de luz, Lidia (1), aladas y explayadas como pájaros heráldicos del florido pesar de la luz de este mayo sordo a las explicaciones de toda las flores. Que por mayo pleguetean, como se dice en el llano de Ocaña cuando se desenredan los pétalos que se desdoblan replicando y Terreros traduce «flores se explicari». En la maleza de los solares de las inminentes promociones inmobiliarias cunde la nieve de llantén, brillan los meacamas y despliégase vigorosa la malva neglecta entre las zarzas, los ranúnculos dorados y los azucarillos fucsias, oh dulce flor de trébol. To make a prairie it takes a clover and one bee,/ one clover and bee/ and revery./ The revery alone will do,/ if bees are few.

Fue una abeja en un campo de flores el emblema que ganó por votación secreta el primer concurso celebrado en 1714 para escoger la empresa académica, recuerdo acaso de la Crusca y del verso de Petrarca Il più bel fior ne coglie. Rechazaron los académicos finalmente la abeja; triunfó el crisol que por el fuego purifica de las escorias, sujeta la ligereza de las mudanzas y esclarece el idioma de la herrumbre que lo oscurece. De la larga vida simbólica del crisol en la literatura, Blecua (2) destaca la interpretación del vaso de plateros que Covarrubias trae en sus Emblema morales (Madrid, Luis Sánchez, 1610), bajo el mote Sic experienda fides: «El crisol donde se apuran las voluntades son la desgracia, el trabajo, la miseria y la pobreza: bien como se apura el oro en la hornaza».

(1) As rosas amo dos jardins de Adónis,
Essas volucres amo, Lídia, rosas,
Que em o dia em que nascem,
Em esse dia morrem.
A luz para elas e eterna, porque
Nascem nascido já o Sol, e acabam
Antes que Apolo deixe
O seu curso visível.
Assim façamos nossa vida um dia,
Inscientes, Lídia, voluntariamente
Que há noite antes e após
O pouco que duramos.
          
      (De Odas de Ricardo Reis)

(2) José Manuel Blecua, 2006: Principios del Diccionario de Autoridades. Discurso leído el día 25 de junio de 2006 en su recepción pública en la Real Academia Española. [www.rae.es].

«Mudam-se os tempos». (Lisboa, segunda edición)

Cabo da Roca, Promontorium Magnum. «Onde a terra acaba e o mar começa», están tocando «Don’t worry».
La mañana. Las sábanas
Rúa dos Douradores. «Pienso a veces que nunca saldré de las calle de los Doradores. Y esto escrito, entonces, me parece la eternidad».
El hombre mira el río
La garza mira a Cacilhas
Oceanario es por océano. Cuando vino el pez luna
En el castillo graznan los pavos de abril. «Ai flores, ai flores do verde pino,/ se sabedes novas do meu amigo!»
La noche. La Avenida