He llegado a las ocho, justo cuando abrían la puerta de la cafetería. Me he sentado en uno de los sofás y me he puesto a hojear un National Geographic de una pila de ejemplares encuadernados y pintados de blanco. Luego he reparado en que eran solo adornos y yo he estado comiendo las flores de papel del plato en el restaurante. He dado una vuelta por los claustros y he salido a fumar a la puerta, estaba amaneciendo. Una mañana fría y cenicienta, otro día de nervios. Me he puesto a mirar la torre, es tan bonita, alta, reluciente, con seis bujías rojas avisando a los aviones. Uno de los lados se perdía borroso entre la niebla, como si el gran objeto de acero y vidrios saliera por un costado del cielo. Hermético y refulgente. Desde mi rincón, esperando a que empezara la larga jornada, he contestado a los guiños de la cumbre como una sepia de librea gris de ansiedad, una víscera apretada y opaca. Los cefalópodos comunican estados internos, lo leí en el libro de Hart. A la pregunta de si ellos se transmiten algo más que su disposición sexual, Hart respondía que tal vez esos modelos cromáticos de lunares y rayas de cebra en los que emplean el cuerpo entero actúan como si fueran nombres y verbos. Querría enterrarme en silencio. He fantaseado acordándome del asram del silencio en el que estuvo Ana. La gente no lo aguanta y se marcha, la americana se largó al segundo día después de haber hecho el viaje hasta Bélgica, dijo Ana.
Luego ha llegado todo y han pasado las horas, no hay plazo que no se cumpla: envido, ha dicho increíblemente audible mi personaje. Y veinte más, habría añadido como cualquier extraña llena de sonora razón, no yo. Las despedidas, el regreso. Llovía y la ciudad estaba húmeda, abarrotada y negra. Animal sin aliento, camino ya sin esa carga pero no lo siento. En el cuaderno había apuntado «Dendrocronología», lo he leído en un cartel y le he dedicado la hoja entera. El tiempo en los árboles, la gramática en los calamares, la luz en las torres. También he escrito «Rae Armantrout: La metáfora es el sacrificio ritual».